México es un país de emprendimiento. Tan es así que es uno de los países con mayor cantidad de Emprendedores en Ámerica. El 72% de los empleos son generados por Pymes y la contribución al PIB es del 52%.
Cuando realizo los diagnósticos financieros, el 90% de las personas que son empleados quieren tener su propio negocio o tener inversiones. Y cuando son empresarios, el 60% quiere invertir en otro negocio, además del ya existente.
Si bien el deseo está, lo que es claro es como dice el refrán “Del dicho al hecho, hay mucho trecho”. Y justo mi trabajo es acortar ese trecho para mis clientes. Te cuento cómo se pueden hacer inversiones sin morir en el intento.
Para lograr tener o generar otros ingresos mediante emprendimiento o inversiones tenemos que analizar primero que nada qué recursos tengo para invertir. Esto lo podemos dividir en dos: o tienes tiempo o dinero.
Una vez que tengas bien definido tu recurso principal, necesitamos identificar qué tipo de inversionista eres, los cuales los clasificamos en tres:
• Conservador: Prefiere tener la seguridad aunque el rendimiento sea bajo.
• Moderado: Su tolerancia al riesgo es mayor y busca tener un mix entre ganancia y seguridad.
• Agresivo: Va por todas las canicas, pero está consciente que, así como puede ganar, puede perder.
A su vez tenemos que evaluar la estructura de tus finanzas personales, donde analizamos como está tu nivel de gastos fijos, tus gastos variables, deudas que se tengan y el otro punto fundamental antes de invertir: si cuentas con fondo de emergencia.
Es así como evaluamos a nuestros clientes si están listos para invertir, ya que dependiendo del perfil de cada uno, su inversión puede ser su propio tiempo, o bien, ya hablando en cantidades, cualquiera puede invertir desde 5 mil pesos.
Instrumentos y formas de inversión y emprendimiento hay muchas, la cuestión es encontrar lo ideal para ti, sin poner en riesgo tu estructura financiera o tu patrimonio.
¡Y ojo con los siguientes #HacksFinancieros!
• ¡No todo lo que brilla es oro! Aléjate de esos negocios que son demasiados buenos para ser ciertos.
• ¡No inviertas con deuda! “De gota en gota, se llena el vaso”
• Ten paciencia con tu inversión. Dicen que “la paciencia es un árbol de raíz amarga pero frutos dulces.”
• No pongas en riesgo tu patrimonio o el de un tercero.
Busca asesorarte con algún especialista. Probablemente tengas confianza en familiar o conocido, pero si no han invertido, a lo mejor no son los más indicados para darte un consejo técnico.