La selección femenina de Estados Unidos ratificó toda la calidad que sus futbolistas prometieron, tal vez superándose.
Especialmente Megan Rapinoe, la capitana con el cabello rosado que acabó llevándose el Balón de Oro a la mejor jugadora y la condición de defensora de la igualdad.
Estados Unidos conquistó el domingo su cuarta Copa Mundial, un hito para el fútbol femenino, y segundo de manera consecutiva, tras vencer 2-0 a Holanda, en un partido en que Rapinoe convirtió un penal en la segunda mitad para abrir el marcador y Rose Lavelle aportó el segundo gol.
Rapinoe, quien atrajo la atención del mundo entero dentro y fuera de la cancha, marcó a los 61 minutos luego que el videoarbitraje determinó que Stefanie van der Gragt había cometido falta sobre Alex Morgan con una patada al hombro en el área penal.
Dos días después de su 34 cumpleaños, Rapinoe batió a la arquera Sari van Veenendaal para su 50mo gol internacional y su sexto del torneo para ganar la Bota de Oro como máxima anotadora de la competencia. Tras convertirse en la jugadora de mayor edad en anotar en una final de la Copa del Mundo, adoptó una pose victoriosa familiar con los brazos extendidos.
“Es surreal. No puedo describir cómo me siento ahora mismo. Es absurdo”, dijo Rapinoe. “Estamos eufóricas y eso es lo que nos hace tan especial. Sencillamente no bajamos los brazos. Somos muy unidas, y haremos lo que sea para ganar”.
Lavelle, la prometedora estrella del equipo a sus 24 años, añadió un gol con un disparo de zurda a los 69 minutos tras escaparse en solitario por el centro.
Los aficionados, muchos vestidos en rojo, blanco y azul, corearon “¡Pago equitativo!” tras el silbatazo final, un recordatorio de la demanda que las jugadoras presentaron en marzo a la Federación Estadounidense de Fútbol acusando discriminación de género.
Rapinoe atrajo la ira del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, durante el torneo, al decir que ella y sus compañeras rechazarían visitar la Casa Blanca, parte de la amplía presión del equipo en busca de la igualdad de género.
El alcalde de la ciudad de Nueva York, Bill de Blasio, necesitó unos cuantos segundos tras el silbatazo final para invitar al equipo a un desfile el miércoles en el Cañón de los Héroes en Manhattan.
Las estadounidenses nunca estuvieron abajo en el marcador durante el torneo e impusieron marcas con 26 goles y una racha ganadora de 12 partidos en el Mundial que data de 2015. La entrenadora, Jill Ellis, se convirtió en la primera en guiar a un equipo a dos títulos de Copa del Mundo, y Estados Unidos se unió a Alemania en 2003 y 2007 como las únicas selecciones que repitieron en el trono.
Con una confianza y descaro que algunos llamaron incluso arrogancia, desatando una reacción tal que llegó a considerarse una respuesta sexista, el conjunto estadounidense estableció un estándar de excelencia que será la meta para otras selecciones tanto de Estados Unidos como del resto del mundo. Exjugadoras estadounidenses se unieron a la generación actual en la celebración posterior al encuentro sobre el terreno de juego.