Destacan las tragedias que han sucedido en la mina de Charcas, SLP.
Grandes daños al medio ambiente de México y grandes tragedias han marcado a la minera Grupo México como una de las más contaminantes y tóxicas del país, así lo expone en su artículo Marco Antonio Moreno en su artículo de opinión en el periódico La Jornada.
Las empresas de Germán Larrea han sido las protagonistas de una gran cantidad de catástrofes y sobre todo capítulos muy tristes en las tragedias al interior de las minas, destacando los accidentes que han sucedido en la mina de Charcas, San Luis Potosí.
“Se han documentado por el secretario de Medio Ambiente, Víctor Toledo, cuando menos 22 accidentes ecológicos en los últimos años, cuyas letales consecuencias los gobiernos federales dejaron pasar –en detrimento de las comunidades y regiones afectadas–, en medio de impunidad absoluta para Larrea y su pandilla.
De estos “accidentes” ecológicos la Semarnat informa lo siguiente: junio de 1993, la Profepa clausura el complejo industrial IMMSA de Nuevo León por disposición irresponsable de 500 mil toneladas de desechos tóxicos en la colonia Victoria de Monterrey; enero de 1999, cierre de Fundidora El Paso por daños al medio ambiente y a la salud de los habitantes en El Paso, Texas y Ciudad Juárez; febrero de 2006, derrumbe de la mina del consorcio IMMSA, en Pasta de Conchos, Coahuila, que dejó sepultados los cuerpos de 65 mineros; agosto de 2010, derrame de cientos de toneladas de desechos tóxicos en el río Bolaños, Jalisco, y en septiembre, despido de 900 trabajadores de la empresa La Claridad en Esqueda, Sonora; agosto de 2014, descarrila tren con 240 toneladas de ácido sulfúrico y se vierten en el río Santa Cruz en Nogales, Sonora y, en ese mismo mes, derrame de 40 mil metros cúbicos de sulfato de cobre acidulado en el río Bacanuchi, Sonora; febrero de 2016, 12 trabajadores pierden la vida en la mina de carbón en Charcas, San Luis Potosí y, en octubre de ese mismo año, derrame de 10 mil litros de ácido débil en Nacozari, Sonora; mayo de 2019, derrame de 20 mil litros de agua con sedimentos en el río Mareín Sombrerete, Zacatecas, en el mes de Junio, tala de 205 árboles en el libramiento Silao en Guanajuato; y, el pasado 9 de julio, Metalúrgica de Cobre, una de sus subsidiarias, derramó 3 mil litros de ácido sulfúrico en bahía de Guaymas, Mar de Cortés.
En este, el más reciente accidente, con exacerbada prepotencia, el consorcio impidió el paso a autoridades municipales y estatales que se presentaron en el área para supervisar y diagnosticar los daños. Además de la complicidad de funcionarios, como es el caso de Luis René Puig, titular de la Unidad Municipal de Protección Civil quien aseguró, sin rubor alguno: “La fuga no causó ningún daño; incluso, sostuvo que 3 mil litros de ácido no son nada para el volumen de agua en el mar; no hay un riesgo, no hay un daño, son casi nada: 3 mil litros de ácido” (La Jornada, 17–7–19:35). Una semana después, la Profepa clausuró las instalaciones de la empresa.
En toda esta cascada delincuencial, hay responsables, empezando por Germán Larrea, que así ha operado por décadas, que deben ser sancionados y las empresas cerradas ante el caudal de contaminación y muerte que ocasionan.









