No hay mejor clásico moderno navideño que Klaus. La película es un viaje hermoso que te recuerda porqué la Navidad es tan mágica, no importa si se es un Grinch estos días, Klaus llega para conciliarnos con la magia que sentíamos cuando éramos niños y esperábamos con ansias estas fechas.
Pero aún sigue doliendo el Oscar que no le dieron a esta película, pese a que estuvo nominada no solo por su gran animación si no que también por su gran historia, no logró llevarse el Oscar frente a su competencia. Klaus es una película de Netflix que sorprendió a todos con una animación 2D que combinaba sombras y texturas que de pronto la hacían ver en 3D. Gracias a este look único la hacía ver incluso como esos libros de pop-up donde das la vuelta y un personaje emerge sobre la hoja.
Klaus trata sobre la historia de Santa Claus, pero no, no es la historia que todos conocemos ni mucho menos el personaje que nos ha vendido Coca-Cola durante varios años. Klaus retrata la mágica historia de alguien que creyó en la bondad y que esos actos buenos traerían otros, para que así, la leyenda tan mágica de Santa Claus sea tan global como lo es hoy en día.
La historia inicia con Jesper un cartero que no sabe nada del trabajo duro y que es enviado por su padre a revivir lo imposible, una oficina de correos abandonada en Smeerensburg, un pueblo lejano que odia escribir cartas.
Al llegar ahí Jesper conoce la miseria y rencor en el que vive el pueblo, pero conoce a un par de personas que le regresan la esperanza y está decidido a devolverle la vida al pueblo y sus habitantes, puesto que esa es la única manera de que su padre lo reciba de vuelta en casa.
La película habla sobre recuperar la esperanza, volver a creer en las personas y en que aún en un lugar ruin, un acto de bondad puede encender una chispa que cambie todo. Klaus es una película que ha cuidado todos los aspectos: el mensaje, la historia, los personajes, la nostalgia de las fechas, la emoción, la esperanza y una animación impecable que nos recuerda a los clásicos.
Klaus nos muestra la importancia de no rendirte jamás y que las cosas que parecen perdidas para siempre, solo toman un poco más en ser encontradas. Es una película que tiene mensajes para adultos y para las audiencias infantiles, para mí es la película predilecta de Navidad, una que nos recuerda la importancia de estas fechas.
Eso sí, Klaus viene con momentos agridulces que hacen soltar más de una lágrima, pero es de aquellas películas que te dejan un sabor de boca tan lindo, como cuando compartes el ponche con tus seres queridos. Una opción perfecta para aquellos que no podrán reunirse por la pandemia y quieren sentirse apapachados.
Y esta es otra muestra de porqué Netflix va por todo cuando se trata de generar contenido animado.
