Nutella Ahumada

¡Ya Estuvo!: Una columna de Mel JGT

Ingredientes:

2 rebanadas de cultivos en tierra erosionada,

5 cucharadas de sangre de orangután,

16 días de mucho… mucho fuego,

Y cenizas de cocina.

Solo se puede distinguir humo gris, que irrita los ojos y la nariz, que no me deja distinguir la triste realidad en la que la humanidad está inmersa, asfixiada por el capitalismo.  

La problemática ambiental estos días está que arde. Mi planeta, mi única casa, también.

¿Es mi imaginación, o cada vez tenemos políticos más incompetentes para ayudar a sanar y resguardar nuestra seguridad? ¿O será que nos dejamos llevar por ideas utópicas de “mejora en la economía, mayor liderazgo mundial”, sin tomar en cuenta que todo esto depende de las condiciones ambientales en las que vivamos? Es decir, ¿Cómo podría una nación desarrollarse plenamente, si las condiciones ambientales no están ni para el perro?

16 días han pasado desde que el incendio en la selva del Amazonas comenzó. El pulmón del planeta, que produce el 20% del oxígeno de la atmósfera del planeta está siendo consumido por la negligencia de los gobiernos y el consumismo mundial. Se han detectado 68 reservas protegidas afectadas, con más de 10 mil focos de fuego. Cuando Notre Dame se incendió, era nota de primera plana. Los grandes poseedores de fortunas comenzaron inmediatamente a donar dinero para rescatar esta perla de la cultura en tan solo 24 horas. Ya han pasado aproximadamente 408 horas y no veo un solo centavo dirigido a la naturaleza.

De acuerdo con un reporte de la revista Science, se necesitarían en promedio 1 billón de hectáreas de bosques para poder remover 2 terceras partes de los 300 gigatones de carbono que hay en la atmósfera a causa de la actividad humana, desde la era industrial. Es de los principales aliados que tenemos para combatir el cambio climático, basado en reportes de los ecologistas Jean Francois Bastin y Tom Crowther del Instituto Federal Suizo de Tecnología en Zurich. Naturalmente, la tierra podría soportar 0.9 billones de hectáreas de áreas forestales adicionales, esto para poder secuestrar 205 gigatones de carbono de las siguientes décadas. Mas o menos 5 veces más que lo que emitimos en 2019. Sin embargo, gracias a la grandiosa idea de desarrollar la agricultura y minería por parte del presidente de Brasil, Jair Messias Bolsonaro, no es de sorprender que sus declaraciones denoten un estado defensivo, argumentando que sólo es para “limpiar la tierra con la queimada”. Tampoco es de sorprenderse que recurran a ideas de la época de sequía. Efectivamente, los incendios forestales son naturales, siempre y cuando la actividad antropogénica no los avive. Es evidente que el aumento de incendios se vea promovido por los hacendados agricultores y criadores ganaderos.

Me pregunto si ya alguien pensó en las civilizaciones indígenas que habitan para preservar el Amazonas, si ya pensaron en cómo están, en su bienestar. Apuesto a que la cantidad de enfermedades respiratorias va a ir en aumento por la enorme cantidad de emisiones que hay (EPOC, enfisema, cáncer a la larga). La vulnerabilidad de las civilizaciones amazónicas es aún mayor, ya que al existir entre ellos niños y ancianos, que les aseguro, no están protegidos con ningún tipo de seguridad social, son más susceptibles a padecer y perecer ante estas enfermedades.

Existen diversos convenios dirigidos a la protección del Amazonas, los cuales, evidentemente, los están lanzando al fuego, para que la llama se reavive cada vez más. Uno de ellos es la Convención sobre la Protección del Patrimonio Mundial Cultural y Natural; aspira a establecer protección, conservación y transmisión a generaciones futuras del patrimonio cultural y natural. El Amazonas se consideraría como tal, ya que es una zona natural delimitada, que tiene un valor universal excepcional desde la perspectiva de la ciencia, la conservación y la belleza natural. Asimismo, se establecen los espacios de patrimonio natural como ejemplos representativos de procesos ecológicos y biológicos de la evolución y desarrollo de ecosistemas y comunidades de plantas y animales terrestres, los cuales tienen hábitats naturales más representativos e importantes para la conservación in situ de la diversidad biológica. 700 espacios son considerados de patrimonio mundial, siendo 41 bosques tropicales, 61 espacios de zonas forestales protegidas importante, con 30.6 millones de hectáreas de composición.

Mi mente sigue llena de tantas dudas y preguntas. No creo que la próxima conferencia de las Naciones Unidas que tendrá lugar en Nueva York, vaya a ayudar en algo. Tantos tratados, tantos convenios, se quedan en simple papel, buen combustible para un incendio. Los acuerdos no sirven de nada, si tenemos a la cabeza a mentes vacías e inhumanas, sin sentido de protección a Gaia, sin entender que somos parte de ella, que, si algo le pasa, nos vamos con ella.

Después de leer esto, ¿Aún se te antoja ese sándwich de Nutella?