La oficina de derechos humanos de la ONU exige una investigación tras el bombardeo israelí que dejó al menos 22 muertos.
La oficina de derechos humanos de las Naciones Unidas ha exigido una investigación independiente sobre un reciente ataque aéreo israelí que resultó en la muerte de al menos 22 personas en un edificio de apartamentos en el norte de Líbano. Jeremy Laurence, portavoz de la ONU, expresó su preocupación por posibles violaciones de las leyes de guerra, subrayando que varios de los fallecidos eran mujeres y niños.
El ejército israelí justificó el ataque, afirmando que su objetivo era una instalación relacionada con Hezbollah. Sin embargo, la ubicación del edificio, en el pueblo de Aito, lejos de las áreas dominadas por el grupo, ha suscitado inquietudes entre los residentes. Muchos habitantes de la región temen que las hostilidades de Israel se intensifiquen y se extiendan aún más hacia el interior del país.
Un vecino, Dany Alwan, describió la devastación: «Oí una fuerte explosión, salí y vi el polvo, el humo y los escombros. Era una escena realmente horrenda«. El edificio, que pertenecía a la familia Hijazi, había sido alquilado a personas que habían huido de su hogar en el sur del país debido a la violencia.
Mientras tanto, el líder interino de Hezbollah, Naim Kassem, advirtió que el grupo continuará lanzando cohetes hacia Israel hasta que cesen los ataques aéreos y la invasión terrestre. Sus declaraciones se produjeron el mismo día en que Estados Unidos anunció el envío de un pequeño contingente de tropas para ayudar a Israel en la defensa antimisiles. Esta escalada ha llevado a decenas de miles de residentes en el norte de Israel a desplazarse por temor a nuevos ataques.
Con la situación en Líbano cada vez más tensa, la comunidad internacional observa de cerca el desarrollo de los acontecimientos y la posible necesidad de una intervención para proteger a los civiles afectados por el conflicto.