En el contexto del Día Internacional de las Mujeres de 2020, el Club Universidad Nacional permitió que el equipo de Pumas Femenil jugara por primera vez en el Estadio Olímpico Universitario, en el que hasta entonces sólo había jugado el equipo varonil, hecho que fue posible el 14 de marzo del mismo año.
Ese momento histórico para el futbol femenil y para el equipo capitalino, fue la causalidad perfecta para el debut de la Barra Feminista, un grupo de mujeres aficionadas al futbol femenil, que buscan resignificar la afición, convirtiéndola en una manada de apoyo para todas las mujeres que lo hacen posible.
La Barra Feminista busca ser lo opuesto a las barras de la liga varonil, en las por defender los colores de la camiseta, son habituales los canticos ofensivos, gritos homofóbicos, disturbios y violencia. Por el contrario, ellas apoyan a todos los equipos de la Liga Femenil, pues saben que el verdadero rival es otro.
Conscientes de la desigualdad entre mujeres y hombres dedicados al fútbol profesional, el acoso y violencia en los estadios, reconocen la importancia de que las mujeres, en lo individual y colectivo, continúen con la recuperación de espacios dentro y fuera de la cancha, aseguran que, construir otro fútbol es posible.
Es aquí donde la Barra Feminista le da un nuevo sentido a la afición y emite un poderoso mensaje sobre las desigualdades que atraviesan a las mujeres que se dedican al futbol, empezando por las condiciones laborales de las jugadoras y la violencia que permea en varios aspectos.
La única rivalidad para la Barra Feminista es el patriarcado reflejado en la inequidad salarial; pocos apoyos y patrocinios; negativa de usar estadios e instalaciones de entrenamiento físico, a las que sí puede acceder los equipos varoniles; el sexismo; las coberturas periodísticas machistas y misóginas; y por supuesto la falta de profesionalización, por mencionar algunos.
Cerrando brecha
Los acontecimientos violentos ocurridos en el Estadio Corregidora el pasado sábado, a parte de ser vergonzosos e inaceptables, son muy tristes, sin embargo, grupos como la Barra Feminista, nos enseñan a mirar y narrar el futbol femenil con gafas violetas, tejiendo espacios seguros mientras apoyan a todas las mujeres que admiran; nos recuerdan que otras aficiones son posibles y que el verdadero rival es la desigualdad, la discriminación y la violencia.
Ojalá pronto podamos ver a la Barra Feminista en el Estadio Alfonoso Lastras apoyando al Atlético de San Luis Femenil, lanzando consignas feministas de las marchas, adaptadas al ambiente futbolero.
