Tengo 35 años y prácticamente desde que tengo memoria he ido formando partido a partido mi gusto por el fútbol y la pasión que siento por los colores de mi amado Club San Luis.
Recuerdo que mi padre (QEPD), me llevaba al antiguo plan de San Luis, en donde parecía obligatorio el comprar tortas y el batallar por llegar a tiempo al partido, pues los camiones normalmente se retrasaban.
Por lo menos eso era lo que yo veía. Ya que unos años después, me di cuenta que para poder entrar “esos días” al estadio, “mi jefe” se quedaba sin desayunar incluso por una semana completa. Pero, él poder compartir esos momentos padre e hijo apoyando al San Luis siempre serán un invaluable recuerdo para mi y sobre todo creo que realmente valían la pena para mí padre.
Con esa imagen crecí, con la idea de apoyar al equipo en las buenas, en las malas y en las peores. Por encima de lo que sea y como sea.
Y por eso me siento con el derecho, de poder hablarte como un aficionado que ha logrado amar la sensación de un fin de semana de fútbol aunque el equipo sea último en la tabla general.
Un aficionado qué ha pasado por todos los escenarios para poder entrar al estadio en dónde jugarás. Ese lugar que ha sido testigo de cómo pedía dinero en las filas de taquilla para poder ajustar mi boleto y que también me vio en uno de los mejores tiempos de mi vida con la posibilidad de comprar un abono (sintiéndome el hombre más rico del mundo).
Estas son mis credenciales para poder hablarte a ti, futbolista que se pondrá la playera del Atlético de San Luis la próxima temporada.
Futbolista que recibirá mis alientos y mis gritos de exigencia.
Tú, que seguramente serás el motivo de muchas de las pláticas y peleas en el jale.
A ti, que lo único que te puedo pedir, es que tengas “dignidad”. Que busques hacer siempre “lo mejor posible”. Qué te entregues y sudes realmente la camiseta.
Porque aquí en San Luis, podemos ganar o perder, pero tenemos una mística guerrera. Normalmente sufrimos, pero siempre luchamos.
El año anterior fue muy difícil y no solamente para los directivos o para los jugadores.
Fue un año muy complicado también para todos los que esperábamos que la cosa mejorara. Para esos que teníamos que aguantar las ansias de estar viendo como el equipo se iba a la fregada por la televisión.
Por eso te escribo a ti futbolista que estarás representando nuestros sueños, te pido que luches y te entregues.
Porque desde la tribuna o desde donde sea, estaré alentandote con el corazón en la mano.
