Las nuevas restricciones impuestas por la administración Biden, en colaboración con México, han provocado una caída significativa en el número de migrantes que buscan asilo.
Recientes reportes indican una disminución significativa en el número de migrantes que buscan asilo en la frontera entre Estados Unidos y México. Este cambio se atribuye a las nuevas políticas implementadas por la administración del presidente Joe Biden, en conjunto con el gobierno mexicano, que han transformado un flujo constante de personas en cifras prácticamente insignificantes.
Desde la entrada en vigor de las restricciones al asilo el 4 de junio, las detenciones de migrantes han alcanzado niveles que no se observaban desde el gobierno del ex presidente Donald Trump. Según datos de CBS, en el mes pasado se registraron apenas 54,000 detenciones, la cifra más baja durante la administración Biden. Este cambio en la dinámica migratoria ha desafiado la narrativa de crisis en la frontera que sostienen algunos sectores republicanos.
Pedro Ríos, director del Comité de Servicios de los Amigos Americanos, enfatizó que los migrantes que aún intentan cruzar a menudo desconocen el nuevo sistema, que requiere el uso de una aplicación para agendar citas para entrevistas de asilo. Este cambio ha complicado el proceso para muchos, quienes enfrentan tiempos de espera que oscilan entre ocho y nueve meses, sin acceso a empleo durante ese tiempo.
La situación se torna aún más difícil para aquellos provenientes de regiones como África y el Medio Oriente, quienes, en su mayoría, no dominan ni el inglés ni el español. Ríos también advirtió que las autoridades mexicanas están actuando como un filtro, complicando el acceso al asilo. Un caso notable es el de un migrante ecuatoriano que, tras ser desviado a Chiapas para solicitar una cita, se encontró sin recursos y sin una vía clara hacia su objetivo de asilo.
A medida que se acercan las elecciones en Estados Unidos, las propuestas de los candidatos reflejan un enfoque más rígido en materia migratoria. Kamala Harris, actual vicepresidenta, ha prometido mantener las restricciones vigentes, mientras que Trump sostiene que existe una crisis en la frontera. Esta polarización política ha llevado a que los migrantes se enfrenten a una situación cada vez más incierta y desesperante, con escasas esperanzas de un cambio favorable a corto plazo.