La organización japonesa, que agrupa a los sobrevivientes de Hiroshima y Nagasaki, es reconocida por su lucha inquebrantable a favor de un mundo sin armas nucleares.
La organización japonesa Nihon Hidankyo, que agrupa a los sobrevivientes de los bombardeos atómicos de Hiroshima y Nagasaki, ha sido distinguida con el Premio Nobel de la Paz 2023. Este reconocimiento resalta su incansable labor en pro de un mundo libre de armas nucleares y su dedicación a mantener viva la memoria de las víctimas de esta tragedia.
Toshiyuki Mimaki, copresidente de Nihon Hidankyo, manifestó su sorpresa y emoción al enterarse de la noticia: «Nunca imaginé que esto podría ocurrir«. Por su parte, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, subrayó la relevancia del galardón, afirmando que el legado de Hiroshima y Nagasaki aún persiste, lo que hace que la labor de la organización sea esencial.
El Comité Nobel, al conceder este premio, alertó sobre la creciente presión sobre el «veto» al uso de armas nucleares, instaurado tras los devastadores ataques de agosto de 1945. Jørgen Watne Frydnes, presidente del Comité, enfatizó la responsabilidad que tienen las potencias nucleares en la defensa de este veto, advirtiendo que «una guerra nuclear podría aniquilar nuestra civilización».
En un contexto global marcado por nuevas amenazas nucleares, incluyendo el uso de estas armas como herramienta de intimidación por parte de naciones como Rusia y Corea del Norte, el llamado a erradicar las bombas nucleares se vuelve cada vez más urgente. Antonio Guterres, secretario general de la ONU, calificó estas armas como «artefactos de muerte», mientras que Kazumi Matsui, alcalde de Hiroshima, las consideró el «mal absoluto».
La entrega del premio se llevará a cabo en una ceremonia formal el 10 de diciembre en Oslo, coincidiendo con el aniversario de la muerte de Alfred Nobel. El galardón incluye una medalla de oro, un diploma y un cheque de un millón de dólares. Con este reconocimiento, Nihon Hidankyo reafirma su papel como portavoz de los «hibakusha» y un recordatorio del horror de la guerra nuclear, subrayando la necesidad de un futuro sin estas armas devastadoras.