Un jalón de orejas para precandidatos y autoridades: la fiscalización y la promoción personalizada para actos de campaña.

En días recientes hemos observado como los diversos actores políticos se van bajando del barco de la función pública y se suben al tren de las precampañas en algunos casos los funcionarios han realizado sus declaraciones de intención de ser el candidato idóneo, pero en otros ni siquiera se han inscrito al proceso interno que marca su partido.

El registro de candidatos implica diversas posibilidades de generar más impactos publicitarios por parte de los partidos y sus aspirantes, los cuales por ley pueden hacer estos actos, pero solo dirigidos a sus simpatizantes y militantes, es de aquí donde surge la pregunta de ¿Por qué si son para militantes del partido los puedo observar yo?

Pues es un caso que se discutió en los más altos niveles electorales, con un planteamiento sencillo en relación a el alcance que pueden tener los espacios publicitarios para generar una posibilidad de conocimiento partidario en cuanto a que sus militantes conozcan las opciones de su partido, pero ¿Y los ciudadanos que culpa tenemos?

Los precandidatos que estén en esta condición deben incluir en sus propagandas que están destinados a militantes del partido del que pretenden obtener la candidatura, y en muy pocos casos lo hemos visto, por lo cual no dudo mucho que entraran a litigio muchas candidaturas, que podrían o no caerse por este mínimo detalle.

Para entrar en materia hay que conocer primero lo que dice la constitución sobre la promoción personalizada por lo que nos remitimos al artículo 134 de la constitución.

“Artículo 134.- Los recursos económicos de que dispongan la Federación, las entidades federativas, los Municipios y las demarcaciones territoriales de la Ciudad de México, se administrarán con eficiencia, eficacia, economía, transparencia y honradez para satisfacer los objetivos a los que estén destinados.

Los servidores públicos de la Federación, las entidades federativas, los Municipios y las demarcaciones territoriales de la Ciudad de México, tienen en todo tiempo la obligación de aplicar con imparcialidad los recursos públicos que están bajo su responsabilidad, sin influir en la equidad de la competencia entre los partidos políticos.

La propaganda, bajo cualquier modalidad de comunicación social, que difundan como tales, los poderes públicos, los órganos autónomos, las dependencias y entidades de la administración pública y cualquier otro ente de los tres órdenes de gobierno, deberá tener carácter institucional y fines informativos, educativos o de orientación social. En ningún caso esta propaganda incluirá nombres, imágenes, voces o símbolos que impliquen promoción personalizada de cualquier servidor público.

Situación que algunos ediles con tal de quedar bien con los precandidatos a gobernador han aprovechado, pues hay que recordar que quien no se mueve no sale en la foto, y la foto pinta para final de fotografía para cualquiera de los partidos.

En la cuestión del financiamiento  partir de 1996 se les dio la autonomía a los estados para emitir las cantidades de topes de campaña con la reforma del artículo 116 constitucional, por lo que cada estado debería emitir los topes de campaña para sus elecciones lo cual si lo vemos a detalle a nivel nacional en la elección de 2018, solo después de Zacatecas  (100%), Guerrero (65%) Tabasco (50%), San Luis Potosí (50%) es de las entidades que tienen un tope de gastos de campaña más alto con 50% del financiamiento público ordinario para la gubernatura  mientras que Jalisco destina solo el 20% algo que claro contrasta en la cuestión del dinero que se destina a campañas.

En el caso de las precampañas solamente se permite el uso del 25% del monto total para gastos de precampaña, por lo cual observamos que se permite una cantidad amplia de recursos de gastos que se reportan al INE, pero más los que no se reportan al INE y en esos hay que tener especial cuidado.

En San Luis Potosí si hacemos un comparativo en promedio el voto nos cuestas $13.14 pesos para un Padrón de cerca de un millón novecientos mil votantes, se vuelve una cantidad amplia de dinero que en estos tiempos de crisis se podrían destinar a otras cosas, sin embargo, así se decidió por parte de la Cámara de diputados.

Hay que estar ciertos que el rebase del tope de gastos de campaña en montos mínimos del 10% no permite la nulidad de la elección, pero si se rebasa ese tope aguas por que se pierde la candidatura; por lo cual se vuelve rentable para algunos partidos rebasar las mismas haciendo una ecuación de costo beneficio en donde es más rentable pasarse del tope por “poquito” con sanciones económicas, pero generar más recurso a partir de la votación que cumplir la ley y no ganar elecciones.

Los precandidatos y candidatos una vez concluidos los plazos deberán presentar ante el INE la cantidad de gastos erogados para pasar la primera prueba de registro, una vez concluida empezara la fuerte cantidad de recursos e impugnaciones de las que estoy seguro tendremos resultados dispares en cuanto las sentencias de las salas.

Para muestra un botón el caso de Samuel García.

En 2018 el candidato a senador por Nuevo León Samuel Garcia, en el fervor del mundial y de los triunfos de su equipo, los tigres de la UANL, aprovecho para lucir en el caso del tricolor una bandera de Movimiento Ciudadano el Partido al que representa, y en el caso de los Tigres una playera con su nombre y el numero 1 derivado de esto se realizó una revisión de la fiscalización de parte del INE a petición del Tribunal Electoral, en donde se determinó que existía un rebase del tope de campaña por haber calculado el valor comercial de la selección Mexicana así como de las marcas que lo patrocinan además del valor comercial de los Tigres con las respectivas marcas comerciales que lo respaldan situación que dejaba fuera al senador por el tema de fiscalización, al final las cosas salieron bien para el senador que mediante la impugnación pudo resolver que no habían aportado recurso para su campaña pero dejo un antecedente de lo que puede suceder si no se observan a detalle los elementos de una precampaña y campaña.