La violencia se agrava mientras las tensiones con Hezbollah e Irán alcanzan nuevos niveles.
La situación en Medio Oriente ha tomado un rumbo alarmante en las últimas semanas, con Israel llevando a cabo una serie de ataques aéreos en Líbano, específicamente en los suburbios del sur de Beirut. Estas operaciones han provocado un éxodo masivo, con decenas de miles de personas cruzando la frontera hacia Siria en busca de refugio frente a los intensos bombardeos.
Durante la noche, explosiones retumbaron en la capital libanesa, generando nubes de humo y llamas visibles a gran distancia. A pesar de la magnitud de los ataques, el ejército israelí no ofreció detalles específicos sobre los objetivos, y las cifras de víctimas permanecen inciertas. La Agencia Nacional de Noticias de Líbano reportó más de diez ataques aéreos consecutivos en la zona.
Israel defendió sus acciones afirmando que estaban dirigidas contra Hezbollah, un grupo político y paramilitar acusado de utilizar el territorio libanés para el contrabando de armas. Entre los objetivos de los ataques se destacó la eliminación de Mohammed Rashid Skafi, un alto miembro de la división de comunicaciones de Hezbollah, quien, según las fuerzas israelíes, había estado activo desde 2000 y mantenía vínculos con líderes de la milicia.
La escalada de la violencia no se limita a Líbano. En la Franja de Gaza, Israel declaró la guerra a Hamas tras un devastador ataque el 7 de octubre que dejó cerca de mil 200 israelíes muertos y resultó en la toma de rehenes. Desde el inicio de este conflicto, más de 41 mil palestinos han perdido la vida, muchos de ellos mujeres y niños, de acuerdo con informes de las autoridades de salud en Gaza.
En medio de esta creciente hostilidad, el ministro de Exteriores de Irán, Abbas Araghchi, llegó a Beirut para discutir la situación con líderes libaneses, subrayando el papel fundamental de Irán como principal patrocinador de Hezbollah. La reciente ofensiva iraní, que lanzó al menos 180 misiles hacia Israel, resalta aún más la tensión en la región y el riesgo de una guerra a gran escala.
La población civil, atrapada en este conflicto, enfrenta un futuro incierto mientras se intensifican los combates. El cierre del principal paso fronterizo entre Líbano y Siria ha dificultado aún más la huida de quienes buscan seguridad. La escalofriante cifra de desplazados y víctimas mortales subraya la urgente necesidad de una resolución pacífica y el cese de hostilidades en una de las regiones más conflictivas del mundo.