La población de la zona metropolitana de San Luis Potosí está expuesta a consumir agua contaminada con fluoruro y arsénico, compuestos que, en una ingesta prolongada, representan un riesgo severo para la salud, como fluorosis dental y esquelética, afectaciones cognitivas en menores y el desarrollo de diversos tipos de cáncer,
Desde el año 2007 se tienen indicios claros de que el agua subterránea en la zona centro del estado presenta elevadas concentraciones de estos elementos tóxicos.
Los procesos fisicoquímicos que emplean actualmente las plantas potabilizadoras no son suficientes para eliminar el flúor ni el arsénico. En algunos casos, el agua distribuida llega con una concentración de fluoruro de hasta 3.5 miligramos por litro, cuando la norma oficial establece un límite máximo de 1 miligramo por litro.
La situación se agrava cuando se utiliza esta agua para cocinar, ya que, al hervirse, los contaminantes no solo permanecen, sino que se concentran.
El fluoruro provoca desde manchas dentales hasta deformaciones óseas, y en los niños puede reducir el coeficiente intelectual. Por su parte, el arsénico está relacionado con distintos tipos de cáncer, incluidos los de hígado, riñón y cerebro.
Para enfrentar esta situación, la UASLP actualiza estudios y monitorea diversos pozos en la capital potosina para crear un mapa de las zonas más seguras de extracción. Sin embargo, subraya que la única forma efectiva de eliminar estos contaminantes es a través de procesos de ósmosis inversa, como los que utilizan las purificadoras de agua.

El agua que utilizamos todos los días está contaminada y muchos no los sabemos
Autor:redaccion