San Judas Tadeo ha ganado popularidad en movimientos de contracultura en México, donde algunos jóvenes lo ven como una figura de rebeldía.
Cada 28 de octubre, la devoción por San Judas Tadeo, conocido como el “santo de las causas difíciles y desesperadas”, se hace visible en el país. Este año, decenas de miles de personas se congregaron desde tempranas horas en la Iglesia de San Hipólito, ubicada en el centro de la Ciudad de México, para rendir homenaje al santo que, para muchos, representa esperanza y consuelo en momentos de adversidad.
La devoción de los «cholos», «chavos banda», «pandilleros» y otros grupos populares por San Judas Tadeo en México ha crecido notablemente en las últimas décadas. Esta conexión se debe a varios factores culturales y sociales. San Judas Tadeo, conocido como el santo de las causas difíciles y desesperadas, atrae a personas que enfrentan adversidades o viven en entornos marcados por la falta de oportunidades, la violencia y la discriminación.

Para muchas personas en contextos vulnerables, San Judas se convierte en un símbolo de esperanza y apoyo ante situaciones adversas, como problemas de empleo, salud o seguridad, donde las posibilidades de encontrar soluciones parecen limitadas. En barrios y comunidades donde la vida cotidiana puede ser complicada, la figura de San Judas representa una especie de aliado espiritual que no juzga y al que pueden acudir, sin importar su situación o estilo de vida.
Además, para los cholos y otros jóvenes que adoptan esta devoción, San Judas es un símbolo de identidad y pertenencia. Visitar su imagen o portar su figura en ropa, tatuajes o accesorios, les da un sentido de comunidad y respaldo en un entorno donde suelen ser marginados. Esta devoción también les permite reconectarse con sus familias y con valores de fe que muchas veces les fueron inculcados desde pequeños.
Por último, San Judas Tadeo ha ganado popularidad en movimientos de contracultura en México, donde algunos jóvenes lo ven como una figura de rebeldía, respeto y protección, aunque esto muchas veces contraste con el catolicismo tradicional. En este contexto, la devoción a San Judas es una mezcla de tradición, cultura de barrio y un recurso espiritual en medio de las dificultades.