La llegada de Sara Rocha a la dirigencia (provisional) del PRI, ha sido todo un factor de unidad… en contra.
Al Revolucionario Institucional en San Luis Potosí ya no le bastaron la CNC, la CTM o la CNOP. Las necesidades del tricolor local son tan alarmantes, que un nutrido grupo de perfiles de alto pedorraje (eso dicen), se han unido, por lo pronto en grupos de WhatsApp, bajo las siglas TUCS: Todos Unidos Contra Sara.
Y es que el repudio generalizado que ha sembrado la imposición de Alito Moreno al interior del PRI en San Luis Potosí, ha sido de tal nivel que hasta se han comenzado a romper las «reglas no escritas» de disciplina vertical e institucionalidad en el partido.
En una reunión esta semana, la bancada priísta en su totalidad fue convocada en un restaurante de Av. Carranza por el alcalde Enrique Galindo y el Secretario General del Ayuntamiento, Jorge Daniel Hernández, y aunque el tema principal fue la municipalización de Villa de Pozos, por momentos también se habló del tema partidista, algo que el alcalde encuentra sumamente incómodo en estos momentos, dada la condición que él mismo propició al aceptar la imposición de Alito. Los resultados y/o acuerdos de dicha reunión permanecen en el incierto, salvo por el detalle de que aún habiéndose retirado los funcionarios municipales, tanto Yolanda, Bernarda, Torrescano y Caco hicieron sobremesa un buen rato, lo suficiente para incluso toparse con la legión morenista/panista/emecista que sostenía una reunión al otro lado del patio del restaurante.
La pregunta importante no es si hablaron o de qué hablaron, sino ¿Porqué no estaba Sara Rocha? Al humilde entendimiento de quien redacta estas líneas, he de suponer que para hablar de un tema tan importante como lo es la municipalización de Villa de Pozos, la flamante dirigente del partido debiese SÍ O SÍ, estar invitada y sentada en esa mesa estableciendo estrategias y directrices que le permitan al partido sacar provecho de la situación, o en todo caso, mitigar los posibles efectos negativos de la misma.
Tal vez estaba ocupada en otra importante encomienda, o quizá el tráfico del lunes le imposibilitó estar presente aunque fuese unos minutos de las casi dos horas que los priístas ejercitaron la nalga y el talento deliberativo en el restaurante. O quizá simplemente no fue requerida. Vayan ustedes a saber.
Al PRI se le podrá decir que son rateros, corruptos, opacos, teatreros, comunistas, y hasta que les gusta la banda y el reggaetón, pero nunca de los nunca se les podrá acusar de indisciplinados. Al menos hasta ahora que dentro de la organización comienzan a caldearse los ánimos previos a que salga la convocatoria para la sucesión tricolor.
Lo que si podemos asegurar, es que esta semana las maquinarias (ya algo oxidadas y que rechinan) fueron medio puestas a trabajar por la dirigencia, a través de páginas de «informativas», que se la han pasado repartiendo notas «chingativas» como dijo el gobernador, en contra de algunos priístas que han dejado entrever su molestia con el proyecto que encabeza Sara Rocha.
¿Hay revuelo e incertidumbre en el edificio de Colosio?: Sí. ¿Hay incertidumbre en todas y cada una de las direcciones en la UAM, donde toda la estructura partidista de los grupos de cupulares del PRI tienen la nómina?: Sí. En todos lados hay incertidumbre y molestia, una molestia que tiene nombre y apellido. Por eso, el TUCS.
Y obviamente, hay negociación, hay reuniones y cafesitos de por medio, esto es política, no nos engañemos. Y probablemente también habrá negaciones y saldrán a desmentir y decir que van en unidad… bla, bla, bla.
Pareciera entonces que el PRI no está (tan) muerto después de todo y por lo visto, algunas y algunos rebeldes andan queriendo faltar a la institucionalidad y pegarse más a lo revolucionario. Sea lo que sea que eso signifique a estas alturas.
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