En lo que pudo ser un debatillo ahí mínimo pa’ entretenernos, la diputada de Morena se enojó porque no le corrigieron su tarea
Les platico el show. Resulta que este jueves 10 de noviembre, el Congreso del Estado aprobó la creación del Padrón de Deudores Alimentarios Morosos, una MUY necesaria reforma que servirá para exhibir a todos aquellos miserables padres, y en su caso, madres de familia, que no cumplan con su obligación de brindar alimentos a sus hijos o hijas menores de edad.
Hasta ahí, todo bien, la diputada de Morena Lidia Nallely Vargas se sacó un 10 con la iniciativa. Lamentablemente la iniciativa que se estaba votando, estaba incompleta.
De señalar la situación se encargó el priísta Edmundo Torrescano, quien exhibió la falta de preparación de la postulante de la iniciativa, al plantearle cuatro preguntas que ni ella, ni sus diputados guardaespaldas lograron responder: ¿Es público o es privado (el padrón)?; ¿Quién lleva a cabo el padrón?; ¿Dónde se guarda el archivo?; Los datos confidenciales ¿Cómo están regulados?
A esas preguntas que para un/una diputada que gana más 100 mil pesos al mes, por hacer justamente eso, LEYES, no pudieron dar respuesta ni Vargas, ni Badillo, ni Oyarvide, ni Fernández, ni Lorca.
Aún así, cabe resaltar que tanto Cuauhtli, René, José Luis y Toño, al menos mantuvieron el TAN NECESARIO DEBATE dentro de los parámetros (no muy altos la verdad), que como potosinos y potosinas merecemos de nuestros legisladores.
Cosa que no logró Lidia, y es que en lugar de subirse al ya tan escaso debate en el Recinto Legislativo, optó por salirse por la tangente e interpelar al ya encarrilado Edmundo, pidiéndole «la renuncia«, argumentando que por qué no le había dicho en Comisiones lo que le hacía falta a la Ley», y peor aún, se enojó porque no se la corrigió en «su momento».
Y es que yo no sé ustedes, pero al menos en mi trabajo, que no es mucho, pero es honrado, yo no le ando haciendo la chamba a mis colegas, (a menos que me paguen, pero eso es otra historia), y mucho menos, ando chuleándole las notas a otros periodistas para que luego se levanten el cuello con mi trabajo. Supongo que piensan igual.
Pues es justamente lo que hizo la morenista, le reclamó al priísta, que por qué no le había corregido la tarea, antes de irla a presentar incompleta.
Obviamente la camarilla de morenistas/petistas/verdistas salieron al quite de la diputada, quien no podía ocultar su molestia tras el prro oso que se había aventado al presentar una Ley que, en las condiciones que se presentó y que si hubiera sido aprobada «como iba», hubiera metido en una broncota al mismo congreso, a los juzgados familiares, al registro civil y peor aún, a los mismos menores afectados por sus jefes y jefas canallas que no pagan alimentos.
Al final, se encontraron en un punto medio, que a mi parecer fue el correcto para tranquilizar las pequeñas, mínimas, infímas, casi invisibles olas del debate que ya no vemos en el legislativo. Se aprobó la Ley, pero con reserva del primer articulo transitorio, con lo que la Ley entrará en vigor dentro de 90 días, los suficientes (esperemos) para que Vargas Hernández ponga a trabajar a alguno de sus asesores y le completen la plana.
