En una investigación hecha por el Instituto de Salud Carlos III de Madrid, España, se detectó que los niños de cuatro años con sobrepeso podrían tener hipertensión arterial a los seis años.
El mito de que el exceso de peso en los niños no tiene consecuencias dificulta la prevención y el control de este problema de salud, advirtió el especialista Iñaki Galán, autor de un estudio que mostró el riesgo futuro de infarto y accidentes cerebrovasculares (embolia) en menores. De acuerdo con la investigación realizada por el Instituto de Salud Carlos III de Madrid, España, los infantes de cuatro años de edad con sobrepeso tienen el doble de riesgo de hipertensión arterial a los seis años.
El análisis, cuyos resultados se publicaron en la revista de la Sociedad Europea de Cardiología, examinó la relación entre el exceso de peso y la presión arterial alta en mil 796 niños de cuatro años, con seguimiento de dos años más.
En ambas edades se les midió la circunferencia de la cintura, la presión arterial y el índice de masa corporal (IMC), que se obtiene dividiendo el peso entre la estatura al cuadrado.
Se observó que, aquellos con sobrepeso nuevo o persistente tenían 2.49 y 2.54 mayores riesgos de presión arterial alta, respectivamente, mientras que en los niños con obesidad nueva o constante, los riesgos de hipertensión fueron 2.81 y 3.42 mayores.
Los participantes, que durante el estudio perdieron peso, no aumentaron el riesgo de presión arterial alta, lo que mostró que la afectación a la salud puede ser reversible con ejercicio y dieta saludable.
El investigador precisó que tres lecturas elevadas consecutivas constituyen presión arterial alta. En los niños pequeños, la causa más común es el exceso de peso, pero se deben descartar otras razones como defectos cardíacos, enfermedad renal, afecciones genéticas y trastornos hormonales.
Puntualizó que las mujeres deben perder kilos de más antes de quedar embarazadas, evitar aumentar de peso durante la gestación y dejar de fumar, pues estos son factores de riesgo establecidos para la obesidad infantil.
Fuente: Forbes