Ibrahim Aqil, un alto mando del grupo terrorista, es abatido en un contexto de violencia.
En un contexto de creciente tensión, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) llevaron a cabo una operación en Daniyeh, al sur de Beirut, enfocándose en el grupo terrorista Hezbollah. Durante el ataque, las FDI confirmaron la muerte de Ibrahim Aqil, un alto integrante del Consejo de Guerra de Hezbollah, quien era considerado un objetivo clave por su vínculo con la organización.
El ataque, realizado durante la hora pico, dejó un saldo de al menos ocho muertos y 59 heridos, según fuentes del gobierno libanés. La embajadora de Líbano ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU condenó los hechos, reportando que entre los fallecidos se encontraban cinco niños.
Ibrahim Aqil, señalado por Estados Unidos con una recompensa de 7 millones de dólares, era conocido por su papel en la Yihad Islámica y su implicación en el atentado contra la embajada estadounidense en 1983. El ataque a su reunión en un edificio del sur de Beirut marca un escalón significativo en la ofensiva israelí contra Hezbollah, que se ha intensificado tras recientes intercambios de fuego entre ambos bandos.
Hezbollah, por su parte, ha reivindicado haber lanzado ataques con cohetes Katyusha contra diversas posiciones israelíes, incluyendo bases de defensa aérea y sedes militares. En respuesta, el ejército israelí ha incrementado sus operaciones en el sur del Líbano, bombardeando infraestructuras de Hezbollah y ordenando a los residentes en el norte de Israel que minimicen sus movimientos y se resguarden.
La situación se ha agravado desde el inicio del conflicto entre Israel y Hamas, con intercambios casi diarios de disparos y una retórica cada vez más belicosa. El líder de Hezbollah, Hassan Nasrallah, ha prometido mantener los ataques diarios a pesar de los recientes golpes a su infraestructura de comunicación.
Los recientes ataques han suscitado preocupaciones sobre la posibilidad de una guerra abierta entre Israel y Hezbollah, con ambos lados reforzando sus posiciones en la frontera. La tensión se siente en la región, a medida que las fuerzas israelíes movilizan contingentes significativos y se preparan para posibles escaladas en el conflicto.