Juan Carlos Soni Bulos, destacado médico tradicional y defensor de los derechos indígenas en la Huasteca Potosina, falleció a los 50 años debido a complicaciones de salud que lo mantuvieron hospitalizado en Hidalgo. Soni Bulos fue ampliamente conocido tanto en México como internacionalmente por su activismo en favor de los derechos de los pueblos indígenas y la protección de la cultura Tének.
A lo largo de su vida, Soni Bulos promovió la medicina tradicional y la preservación de la identidad indígena en San Luis Potosí. En un momento destacado de su carrera, se convirtió en el primer indígena huasteco en realizar un ritual Tének en la sede de la ONU en Ginebra, Suiza, un acto simbólico en el que buscó visibilizar las luchas de los pueblos originarios ante la comunidad internacional.
Sin embargo, su labor fue marcada por episodios de violencia y persecución. En 2013, Soni y su familia fueron víctimas de tortura y abusos a manos de elementos de la Marina mexicana en un operativo que lo detuvo de manera arbitraria. Durante más de un año, estuvo encarcelado y fue sometido a condiciones deplorables hasta que finalmente un juez lo absolvió de todos los cargos en 2015. La detención de Soni, basada en acusaciones de posesión de armas y drogas, generó críticas de organismos de derechos humanos y la intervención de la ONU, que denunció el caso como un ejemplo de violación a los derechos humanos y solicitó medidas cautelares para su protección
A pesar de las adversidades, Soni Bulos continuó defendiendo los derechos de las comunidades indígenas y promoviendo la medicina y las tradiciones culturales. Su legado perdura en la Huasteca y en las comunidades que luchan por la justicia y el reconocimiento de sus derechos ancestrales.