A pesar de las críticas de la ONU-DH sobre la militarización, Claudia Sheinbaum defiende su reforma de la Guardia Nacional como un paso hacia un mando civil en la seguridad pública.
La presidenta electa, Claudia Sheinbaum, ha enfatizado que, durante su mandato, las decisiones relacionadas con la seguridad serán tomadas por la comandante suprema de las fuerzas armadas, asegurando que no habrá un mando militar directo. Este anuncio se produce en medio de una creciente preocupación por la militarización de la seguridad pública en México.
Recientemente, la Oficina en México del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ONU-DH) advirtió que la reforma que busca transferir la Guardia Nacional a la Secretaría de Defensa Nacional podría agravar este proceso. En un comunicado, la ONU-DH instó a la Cámara de Diputados a reconsiderar la reforma, argumentando que trasladar el control y la operación de la Guardia a la Sedena contradice los estándares internacionales en materia de derechos humanos.
A pesar de estas críticas, Sheinbaum aseguró que la reforma no implica una militarización. En declaraciones a los medios, la presidenta electa subrayó que las decisiones estarán bajo un mando civil y que su administración se compromete a respetar los derechos humanos. “Militarización implica que un mando militar toma decisiones; en este caso, será un poder civil”, declaró.
La iniciativa ha generado un intenso debate en el Congreso. Con 362 votos a favor y 133 en contra, el pleno aprobó en lo general el proyecto de reforma, que modifica 12 artículos de la Constitución. Durante las discusiones, los partidos de oposición, como el PAN, PRI y MC, expresaron su preocupación, acusando al gobierno de la Cuarta Transformación (4T) de profundizar la militarización de la seguridad pública.
Ricardo Monreal, líder parlamentario de Morena, defendió la postura de su partido y llamó a elevar el nivel del debate, señalando que no se deberían permitir ataques al presidente Andrés Manuel López Obrador. Mientras tanto, la reforma redefine a la Guardia Nacional como una “fuerza de seguridad pública, profesional, de carácter permanente e integrada por personal militar con formación policial”, bajo la dependencia de la Sedena.
A medida que el Congreso continúa discutiendo los detalles de la reforma, el futuro de la seguridad pública en México sigue siendo un tema de intenso escrutinio y debate.