El Partido Revolucionario Institucional (PRI) se encuentra bajo la lupa tras denuncias de exclusión en la reciente asamblea para la renovación de su dirigencia. Militantes señalaron que la presidenta estatal, Sara Rocha Medina, habría sesionado únicamente con un grupo selecto, dejando fuera a otros miembros.
La regidora Irene Margarita Hernández Fiscal expresó su inconformidad al acusar a la dirigencia de ignorar el principio de apertura que deben tener las sesiones del partido. «No hay propuestas ni resultados», criticó, y añadió que la falta de convocatoria evidencia opacidad. Según Hernández Fiscal, no recibió ninguna notificación de que la reunión sería privada.
Además, denunció que la dirigencia justificó su exclusión argumentando su inasistencia al partido durante el último año, a pesar de que sigue trabajando como regidora bajo los lineamientos del PRI.
Por su parte, Rosario «Chayito» Dávila, otra militante priista, también expresó su descontento. Acusó a Sara Rocha Medina de cerrar las puertas del partido a sectores de la militancia y calificó la reunión como un acto excluyente. «Fue una sesión para el ‘club de Toby'», protestó Dávila, quien exigió mayor apertura en los procesos internos del PRI.
Las acusaciones reflejan tensiones internas que cuestionan el liderazgo y la transparencia al interior del partido. Hasta el momento, no se ha emitido un posicionamiento oficial por parte de la dirigencia.